"Hallaron estos dos cristianos por el camino mucha gente que atravesaban a sus pueblos, mujeres y hombres, los hombres con un tizón en las manos (...) y encendida por una parte del, por la otra chupan o sorben o reciben con el resuello para adentro aquel humo, con el cual se adormecen las carnes y cuasi emborrachan y así diz que no sienten el cansancio. Estos mosquetes o como los llamaremos, llaman ellos tabaco".
Así reflejaron Rodrigo de Xerez y Luis de la Torre la primera vez que los pobladores del Viejo Mundo se ponían en contacto con el hábito de fumar tabaco un día entre el 2 y el 5 de noviembre de 1492 en el oriente de Cuba.
El primer español que probó la hoja fue Rodrigo de Xerez, quien había visto a los indios cubanos fumando. De regreso a España, Xerez fue sorprendido en su casa echando humo por la boca y la escena resultó tan extraña para la época que se creyó que el hombre estaba poseído por el demonio. "Y un día su mujer entró de improviso y lo vio, echando humo por todos los orificios de su cara... Su mujer lo acusó ante la Inquisición de tener un pacto con el diablo, y aquel primer fumador, en la hoguera, se convirtió finalmente en humo" - según relata Cabrera Infante.
Así reflejaron Rodrigo de Xerez y Luis de la Torre la primera vez que los pobladores del Viejo Mundo se ponían en contacto con el hábito de fumar tabaco un día entre el 2 y el 5 de noviembre de 1492 en el oriente de Cuba.
El primer español que probó la hoja fue Rodrigo de Xerez, quien había visto a los indios cubanos fumando. De regreso a España, Xerez fue sorprendido en su casa echando humo por la boca y la escena resultó tan extraña para la época que se creyó que el hombre estaba poseído por el demonio. "Y un día su mujer entró de improviso y lo vio, echando humo por todos los orificios de su cara... Su mujer lo acusó ante la Inquisición de tener un pacto con el diablo, y aquel primer fumador, en la hoguera, se convirtió finalmente en humo" - según relata Cabrera Infante.