Se debe de pasar mucho miedo viajando por ahí. Ando inmerso estos días en "Los caminos perdidos de África", la tercera parte de la apasionante trilogía africana de Javier Reverte. Cuenta Reverte que en el norte de Etiopía existe una tribu, los shankilla, famosa por una peculiar costumbre: "Los hombres, para ganar crédito ante sus mujeres, les ofrecen como presente los genitales de los extranjeros a los que sorprenden en sus tierras. Y el orgullo de una mujer shankilla, frente a otras de su aldea, es mostrarles las paredes de su hogar decoradas con un buen número de penes y testículos cumplidamente disecados". Una decoración bastante kitsch, por otra parte.