Pensaba que el de mi madre era un caso especial de surrealismo rural; le preguntaba qué había para cenar y ella, sin perder el gesto, me decía: "canguingos y patas de peces, hijo".
Pero, por lo visto, a mi amiga A. la suya le hablaba de "arroz y gallomuerto" y, lo que es aún más inquietante, a mi amiga M.J., cuando preguntaba por la comida, su madre le decía: "Moñoñoños fritos con panconpingues". Y el caso es que suena apetitoso.
Pero, por lo visto, a mi amiga A. la suya le hablaba de "arroz y gallomuerto" y, lo que es aún más inquietante, a mi amiga M.J., cuando preguntaba por la comida, su madre le decía: "Moñoñoños fritos con panconpingues". Y el caso es que suena apetitoso.