Gracias a D., vuelvo a ver este fin de semana "El luchador manco", después de tantos años, y pienso que el propio señor Chan podría haber tenido una aparición estelar en la película. En el fondo, son personajes hechos de la misma materia, francos, directos, tan reales como salidos de un sueño. "Me gusta tu canario" - le dice un tipo a otro nada más empezar la película, y enseguida se llena la pantalla de mamporros, a qué esperar más, chinos que golpean a otros chinos con natural histerismo, sin piedad.
Hablo de viejas películas que no se andan con rodeos, que no tratan de convencernos de la trascendencia de la historia ni de la profundidad del director. Al luchador manco le matan al maestro, le arrancan el brazo de una hostia y se tiene que vengar. Así de fácil. En frente, dos luchadores tailandeses, un maestro de yoga, dos budas tibetanos que pegan hostiones como panes y un maestro feo, japonés y medio ninja que es como Juan Imedio pero con la barba sin cuidar.
El luchador manco (Jimmy Wang Yu) hace el pino con un solo dedo, se forja su propia mano a martillazos y es capaz de tumbar un chopo de un sopapo tonto. Pero te tiene dos horas en la butaca sin respirar.
Las peleas se suceden, los personajes se van encontrando y se lían a guantazos sin solución de continuidad. "¿Eres tú? Sí. Te voy a matar" Y ya se ha liado. El final: apoteósico. Plano largo del luchador manco, que le arranca la mano al chino feo de una tarascada y antes de que se te ocurra respirar, pensar que ahora se irá con la novia a tomar unas cañas, un sake y unas gambas con gabardina, aparece en la pantalla "The End" y suena esa música inquietante, como si hubieran soltado un mandril borracho sobre un colchón de alambres.
Hay quien juzga este género como "cutre", habla de series B y pedanterías por el estilo. Yo me acuerdo de "La serpiente, el borracho y el mono" y me dan escalofríos. No neguemos que toda esta gente - Bruce Lee, Drácula, Fumanchu - son auténtica gente seria, qué cojones, más que todos esos otros estirados tan de carne y hueso. ¡A la mierda los antihéroes y su mundo lleno de problemas! ¡Proclamemos la supremacía del cartón piedra! Porque al final va a ser eso, piénsenlo, que solo lo verdaderamente inverosímil resulte fascinante.