Entrevista a Phillip Roth en La Nación: “Hablar de "la muerte de la novela" es un lugar común de cuarta y, además, es mentira. Los que están muriendo en los Estados Unidos son los lectores” (…) “Calculemos que cada año se mueren unos 72 buenos lectores y son reemplazados por dos, y no había más de 25 mil buenos lectores en total para empezar. Esto no es un chiste. Gente joven que lea seriamente ficción, y que luego piense, casi no existe. A muchos les encantaría, lo sé, pero no tienen tiempo. La mayor parte es seducida por la pantalla más que por la hoja impresa, o tienen otras cosas que hacer que les divierten más. En unos años, los buenos lectores van a ser tan pocos que van a ser como un culto, las 150 personas en los Estados Unidos que leen Anna Karenina, por ejemplo”.
Elvira Lindo recoge lo dicho por Roth y lo remata en El País: “No es la novela lo que muere, sino el impulso de leerla” (…) “Hoy los niños necesitan ser alimentados con estímulos inmediatos para combatir el aburrimiento, y los padres por su parte luchan contra ese aburrimiento infantil como contra la fiebre. Hay un cambio sustancial en el temperamento infantil. No se puede leer cuando se es víctima de una permanente ansiedad. Lo que están perdiendo los niños, con nuestra inestimable colaboración, es la capacidad de concentrarse, la paciencia.”
Elvira Lindo recoge lo dicho por Roth y lo remata en El País: “No es la novela lo que muere, sino el impulso de leerla” (…) “Hoy los niños necesitan ser alimentados con estímulos inmediatos para combatir el aburrimiento, y los padres por su parte luchan contra ese aburrimiento infantil como contra la fiebre. Hay un cambio sustancial en el temperamento infantil. No se puede leer cuando se es víctima de una permanente ansiedad. Lo que están perdiendo los niños, con nuestra inestimable colaboración, es la capacidad de concentrarse, la paciencia.”