Si hubiera que escribir un bolero, lo podríamos titular "Aquel hostión inolvidable". Gilberto Valenzuela y Héctor Benítez, componentes del trío mexicano Los Panchos, han resultado heridos tras mantener una pelea entre ellos en completo estado de embriaguez. Valenzuela y Benítez, que en el momento de darse de hostias cantaban aquello de contigo aprendí, que existen nuevas y mejores emociones, no pudieron tomar el vuelo de regreso a México debido a que aún les duraba la cogorza. Ambos presentaban golpes y heridas de consideración en cara y manos y trataron de disimular diciendo que habían sido víctimas de un asalto.
Sin embargo, la noche de los hechos, después de que los Panchos subieran a sus habitaciones, un guardia del hotel detectó que varios cristales rotos habían caído a un aparcamiento y descubrió a "una persona semicolgada de un balcón" de la habitación. Al tipo, que mientras colgaba del edificio cantaba aquello de reloj no marques las horas porque mi vida se acaba, le tuvo que rescatar el personal del hotel.
Se dice que mientras se daban de hostias, en pleno directo certero de Valenzuela sobre los dientes de Benítez, el cantante le soltó aquello de pasarán más de mil años muchos más y en la boca llevarás sabor a mí. Y eso, qué quieren que les diga, sí se puede considerar un golpe bajo.