Geografías del olvido

11 abril 2006



Anoche, por centésima vez, me dormí en esta isla vacía … Me dormí tarde y la música y los gritos me despertaron a la madrugada … los pajonales de la colina se han cubierto de gente que baila, que pasea y que se baña en la pileta…

La invención de Morel, Adolfo Bioy Casases



El paisaje de las ruinas es el paisaje de los sueños. Allí entrábamos de niños y allí soñábamos con otras vidas, seres imaginarios que sufrían y respiraban entre las viejas paredes. Lo que hoy vemos en los sueños es lo mismo que sabíamos entonces; que el mundo es un inmenso y destartalado cementerio, un solar triste donde una vez habitó gente como nosotros. Éste es un pequeño paseo por esa desolada geografía.

La isla silenciosa

Hubo un tiempo en que la isla de Hashima, en Japón, fue el lugar más densamente poblado del mundo. Más de 5.000 personas trabajaban y vivían allí gracias a la mina de carbón. En 1974 la empresa Mitshubishi decidió cerrar la mina y la isla se convirtió de la noche a la mañana en un lugar fantasma. Estremecen el recuerdo de la isla aún viva , y el espectro en el que se ha convertido después.

Un gigante dormido

El Hotel Ryugyong, en la capital de Corea del Norte, es el décimo edificio más alto del mundo. 105 pisos, 330 metros de altura, más de 3.000 habitaciones y millones de toneladas de hormigón descansan en el más absoluto de los abandonos. Sobre el horizonte de Pyongyang, el hotel vigila vacío y silencioso. En 1992 los arquitectos descubrieron que el hormigón no cumplía los requisitos de seguridad. Ya nunca se terminará.

Bajo Madrid

Madrid tiene su propia estación fantasma. Durante años, muchos hemos pegado la cara a la ventanilla entre las estaciones de Iglesia y Bilbao. A veces nos parecía ver una sombra, una extraña luz, un espectro que aún esperaba en el andén. El subsuelo de Madrid es rico en historias; ahora hay quien habla del parking fantasma, enterrado y silenciado durante años bajo el suelo de Ciudad Universitaria. Me cuentan que en Callao hay un garito situado en la última planta de un gran parking privado. A veinte metros bajo la superficie, en una planta vacía de coches, hay una puerta secreta por la que se accede al paraíso.

La estación de Canfranc

Situada en mitad de los Pirineos, la de Canfranc (Huesca) es la estación de ferrocarril más grande de España. El impresionante edificio albergaba la estación, un hospital y un hotel. En 1970, después de un accidente, los franceses dejaron de mandar trenes. Hoy es una inmensa mole abandonada en mitad de la nada.

De entre las bombas

En el verano de 1937, el pueblo de Belchite quedó totalmente arrasado durante una dura ofensiva. Años después de aquel horror, las ruinas del pueblo se mantienen intactas. Hay quien dice que entre las casas bombardeadas aún vagan las almas de los muertos. Aún así, en verano, algunos jóvenes se acercan para hacer botellón.

El zoo de Los Ángeles

En el Griffith Park de Los Angeles se esconde el antiguo zoo de la ciudad. Las autoridades decidieron cambiar su ubicación y abandonarlo. En las jaulas de las fieras pastorean ahora yonkis y graffiteros.

Parques fantasma

No hace mucho se difundían por todo el mundo estas impresionantes fotografías de un parque de atracciones abandonado en Japón. De él solo se sabe que está situado en algún lugar de la región de Touhoku. Hace unos años, una especie de fiebre llevó a la construcción de cientos de parques de atracciones en Japón. Pasada la moda, muchos se sumieron en la bancarrota y algunos ni se molestaron en desmantelarlos. Otros ejemplos de parques abandonados son los de Nueva Jersey, Arkansas o Berlín.

La central maldita

Las fotos de la noria fantasma de Japón, nunca resultarán tan inquietantes como las de Prypiat, la ciudad fantasma de Chernobil. "La gente tuvo que dejarlo todo; – dice uno de tantos testimonios – las fotos de sus abuelos, sus coches, su ropa... en cuestión de unas pocas horas todo su mundo se hizo pedazos".

Cementerios marinos



La Costa de los Esqueletos, en Namibia, alberga uno de los mayores cementerios de embarcaciones del mundo. A lo largo de sus más de 1.000 kilómetros se pueden observar los restos de decenas de barcos. La inaccesible costa limita con un inmenso desierto, lo que lo convierte en uno de los lugares más inexplorados del planeta. Son muchas las historias de marineros cuyo barco encalló en estas playas y que terminaron muriendo después de caminar durante días entre las dunas.

En Chittagong (Bangladesh) está situado el mayor cementerio de petroleros del planeta. En esta inmensa playa vienen a morir petroleros de todas las nacionalidades, que son desguazados en condiciones infrahumanas por las gentes del lugar.

El cementerio de barcos de Staten Island (Nueva York) también merece una visita. Allí van a morir barcos de todos los tamaños, edades y países. Un lugar con encanto.


Las torres Maunsell

A pocos kilómetros de la desembocadura del Támesis y construidas por los ingleses durante la Segunda Guerra Mundial, estas gigantescas torres de defensa se diseñaron contra una posible invasión de los nazis. Derribaron aviones y barcos e incluso "atraparon" un submarino que las quería destruir. Cada torre tenía capacidad para 100 personas, alimentos y munición. Hoy están abandonas y algunos ingleses luchan para impedir su demolición.

Otros lugares

Internet está lleno de adictos a la arqueología urbana. Un paseo por la red nos puede llevar por bunkers, piscinas-fantasma, cementerios de aviones, de neumáticos, gasolineras, silos de misiles y hasta un viejo radar.

Espero que cada uno encuentre una ruina con la que soñar.

Más abandonos