En 1903, antes incluso de que los aeroplanos fueran un invento consolidado, el ingeniero alemán Alfred Maul realizó las primeras fotografías aéreas de la tierra desde un kilómetro de altura. Su sistema consistía en acoplar una cámara fotográfica a un cohete y lanzarlo a las alturas. La cámara disponía de un dispositivo automático que le permitía realizar una exposición en el punto más elevado de la trayectoria. Después, Maul recuperaba la cámara mediante un pequeño paracaídas y obtenía sorprendentes panorámicas. Muy pronto el artilugio interesó al mismísimo Kaiser, que quiso aplicarlo para obtener información del enemigo en la guerra contra los turcos. Sin embargo, el ejército austro-húngaro terminó por desechar el invento por considerar que aeroplanos y dirigibles eran mucho más eficaces. Hoy día, aquel loco invento de Maul está considerado uno de los precursores de la fotografía espacial.
Más: 1, 2, 3 y 4 / Ver también: Palomas fotógrafas