"El escritor es un ente de ficción. La historia contemporánea, desde Cide Hamete Benengelí a esta parte, está plagada de ejemplos que demuestran que la autoría – en la mente del lector – se desliza hacia el plano de la ficción y ejerce un papel tan poderoso como la propia obra. La nómina de suplantaciones se remonta a casos como el de Ossián, supuesto bardo escocés del siglo III meticulosamente falsificado por James Macpherson (1736-1796) o el de Thomas Chatterton, que hizo pasar sus poemas por los de un monje medieval y terminó quitándose la vida tras ser descubierto. En todos los casos, la casuística literaria lleva al mismo resultado: el autor es parte del nudo gordiano de la ficción... "
Podéis seguir leyendo en la Guía para Perplejos.
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