La escena pertenece a la película “Royal Wedding”, dirigida en 1951 por el siempre deslumbrante Stanley Donen. En un momento determinado, Tom – el personaje que encarna Fred Astaire – manifiesta su alegría bailando sobre techos y paredes. La escena es uno de los momentos más surrealistas y alegres de la Historia del cine musical; Fred Astaire despliega todo su repertorio desafiando a las leyes de la lógica y la gravedad.
Para el rodaje de la escena, Stanley Donen utilizó el viejo truco de la “caja mágica”: hizo construir un habitáculo giratorio decorado como una habitación, con muebles y objetos pegados al suelo y las paredes. Durante el rodaje de la escena lo que gira es la cámara y el habitáculo, mientras que Fred Astaire permanece en posición vertical y juega con los elementos a medida que se aproximan a él. Un truco sencillo que sigue conservando la capacidad de sorprendernos y que nos ha deparado imágenes delirantes: no os perdáis el momento final en el que el gran Fred Astaire gatea por el techo como la niña del exorcista. Brutal.