La actuación del violinista Joshua Bell en el metro de Washington ha despertado un enorme interés en todo el mundo, pero no es, ni mucho menos, la primera vez que un gran artista protagoniza un acontecimiento parecido. El 23 de julio de 1988 Bruce Springsteen se aburría en uno de los actos de su gira por Dinamarca y decidió darse una vuelta por la calle. Allí se encontró con un músico callejero y le pidió que le prestara una de sus guitarras. Ambos tocaron juntos hasta seis temas diferentes mientras una multitud de curiosos e incrédulos se arremolinaba a su alrededor. Estas son las imágenes grabadas por un videoaficionado en la céntrica calle Strøget, en Copenhague.
El asunto apareció al día siguiente en las portadas de algunos diarios daneses. Bruce Springsteen había hecho algo parecido un mes antes, en la ciudad de Roma. El 13 de junio se dio una vuelta por la Plaza de España y estuvo un buen rato tocando con músicos callejeros ante un reducido grupo de 15 personas. Aunque el nivel de popularidad de Springsteen no es comparable con el de Joshua Bell, lo que está claro es que no todas las grandes estrellas están dispuestas a someterse a semejante prueba. (Seguir leyendo) (English)
Cara y cruz de la gloria callejera
Muy distinta es la historia del saxofonista Malik Yaqub, que descubro gracias a los amigos de Contraindicaciones. Yaqub fue considerado uno de los mejores saxos de EEUU en los años 50; tocó junto a figuras como Art Blakey, Jackie McLean o Red Garland y tiene grabados numerosos discos. Una serie de circunstancias, entre ellas enfermedad de las manos, le llevaron a terminar en las calles de Madrid, tocando por el día y durmiendo en un centro de extranjeros por las noches. Una tarde fue detenido cuando tocaba en Gran Vía y recibió una orden de expulsión del país por no tener papeles.
Cara y cruz de la gloria callejera
Muy distinta es la historia del saxofonista Malik Yaqub, que descubro gracias a los amigos de Contraindicaciones. Yaqub fue considerado uno de los mejores saxos de EEUU en los años 50; tocó junto a figuras como Art Blakey, Jackie McLean o Red Garland y tiene grabados numerosos discos. Una serie de circunstancias, entre ellas enfermedad de las manos, le llevaron a terminar en las calles de Madrid, tocando por el día y durmiendo en un centro de extranjeros por las noches. Una tarde fue detenido cuando tocaba en Gran Vía y recibió una orden de expulsión del país por no tener papeles.