Los barcos que cayeron por las cataratas del Niágara

20 junio 2007


A principios del siglo XIX, mucho antes de que a nadie le diera por arrojarse aguas abajo a bordo de un barril, las cataratas del Niágara fueron testigo de uno de los episodios más inverosímiles e impactantes de la historia de la Humanidad: dos grandes barcos fueron arrojados cataratas abajo en el plazo de diez años, con las desastrosas consecuencias que uno puede imaginar. El primero, una vieja goleta cargada de animales, fue arrojada al abismo por un mero afán de lucro y notoriedad. El segundo, un vapor norteamericano que navegaba en la parte alta del río, fue capturado y despeñado por las fuerzas canadienses en un acto de guerra. Ésta es la historia: (Seguir leyendo) (English)

1. La goleta Michigan

El 8 de septiembre de 1827, ante un público de unas 10.000 personas, la goleta Michigan se despeñó por las cataratas del Niágara adornada como si se tratara de un barco pirata. En su interior habían introducido un búfalo, dos osos, un par de viejos mapaches, un perro y un ganso. Los propietarios de varios hoteles de la zona habían comprado el barco meses atrás y se habían encargado de publicitar el evento para promocionar sus nuevas instalaciones. “Barco con salvajes y feroces animales será lanzado por las cataratas” – anunciaban los carteles.

Aunque el elenco de animales distaba mucho de la anunciada colección de fieras salvajes, aquel 8 de septiembre la multitud quedó extasiada ante un espectáculo de una violencia sin parangón: la goleta se despeñó desde lo más alto de las Horseshoe Falls y estalló en mil pedazos al chocar contra el agua. Después del brutal impacto solo se pudieron contar tres supervivientes: el pequeño ganso que apareció milagrosamente entre la espuma de los rápidos, y los dos astutos osos que consiguieron lanzarse al agua antes del momento fatal y ponerse a salvo en una pequeña isla.

2. El affaire Caroline

A principios de 1837 un grupo de rebeldes que luchaba por cambios democráticos se refugió en la pequeña isla de Navy, en la zona norte del río Niágara y se declararon a sí mismos como República de Canadá. Durante los meses que duró la contienda, los rebeldes contaron con el apoyo continuado de sus vecinos del sur, que les iban surtiendo de armas y provisiones a través de un vapor de bandera estadounidense llamado 'SS Caroline'.

Harto de tanta incursión hostil, el 29 de diciembre de 1837 el coronel británico Sir Allan MacNab se puso al frente de un batallón del ejército y cruzó la frontera en busca del SS Caroline. En un ataque sorpresa, el ejército capturó el barco, le prendió fuego y lo despeñó por las cataratas del Niágara sin el menor miramiento. El incidente, en el que además resultó muerto un miembro estadounidense de la tripulación, creó un conflicto diplomático entre ambos países y fue representado en numerosas pinturas y dibujos, como los que ilustran este post.

Más info y fuentes: 1, 2, 3, 4

Ver: Los locos del Niágara

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