Situado en las desérticas llanuras de Turkmenistán, el pozo de Darvaza ofrece uno de los escenarios más apocalípticos del planeta. Con sus 60 metros de diámetro y sus 20 metros de profundidad, este cráter ardiente no es producto de la actividad volcánica ni de la caída de un meteorito, sino de las prospecciones en busca de gas de los soviéticos, que lo abandonaron en los años 50. Desde entonces no ha dejado de arder.
A plena luz del día, Darvaza parece un desierto de ciencia ficción, aunque las vistas más espectaculares del pozo se producen por la noche. El gas que aún alberga en su interior sigue consumiéndose de manera incesante y, según relatan los que allí han estado, ejerce una especie de magnetismo sobre los insectos, que no pueden evitar arrojarse a las llamas.
Nadie sabe a ciencia cierta cuándo se apagará, pero es más que probable que el pozo de Darvaza siga ardiendo durante décadas. Y no a mucho tardar, el lugar se verá rodeado de otros pozos y de grandes tuberías. Cuando alguien muestre interés por las reservas de gas y petróleo que duermen bajo el desierto. Ver en Google Maps
Más: 1, 2, 3 / (In English) - Galería de fotos de John Bradley
Gracias Álvaro! :-) / Ver también: Centralia, la boca del infierno
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