Los vecinos de la localidad estadounidense de Oak Lawn, en Illinois, han convivido durante varios meses con algunas de las señales de tráfico más surrealistas de la historia. Para evitar los constantes accidentes de circulación, las autoridades locales decidieron, en septiembre del año pasado, retocar las señales de Stop de la ciudad y añadir algunos mensajes humorísticos del tipo “Stop quiere decir Stop” o “Párate y huele las rosas”. (Seguir leyendo) (English)
Aunque el objetivo de la iniciativa era utilizar el humor para llamar la atención de los conductores y reducir el número de accidentes, a las autoridades del Departamento de Transporte de Illinois no les ha hecho tanta gracia y acaban de ordenar la retirada de todas y cada una de las señales. En su opinión, tal y como recoge el Chicago Tribune, mensajes como “Stop, whoaaa!”, “Ey, ey, espera un minuto” o “Deténte peregrino”, no se ajustan a las leyes federales de señalización.
La noticia ha sentado como un tiro en la localidad, donde, según el alcalde, las señales habían sido recibidas con mucho cariño y la gente empezaba a considerarlas como un signo de la ciudad. “Creo que la administración no debería tomarse a sí misma tan en serio”, ha asegurado el alcalde, “tenemos que trabajar seriamente, pero no está mal sonreír de vez en cuando y tratar de ser creativo en asuntos importantes". ¿A vosotros qué os parece?
Sobre señales polémicas, ver también: Paisaje con familia que corre
Aunque el objetivo de la iniciativa era utilizar el humor para llamar la atención de los conductores y reducir el número de accidentes, a las autoridades del Departamento de Transporte de Illinois no les ha hecho tanta gracia y acaban de ordenar la retirada de todas y cada una de las señales. En su opinión, tal y como recoge el Chicago Tribune, mensajes como “Stop, whoaaa!”, “Ey, ey, espera un minuto” o “Deténte peregrino”, no se ajustan a las leyes federales de señalización.
La noticia ha sentado como un tiro en la localidad, donde, según el alcalde, las señales habían sido recibidas con mucho cariño y la gente empezaba a considerarlas como un signo de la ciudad. “Creo que la administración no debería tomarse a sí misma tan en serio”, ha asegurado el alcalde, “tenemos que trabajar seriamente, pero no está mal sonreír de vez en cuando y tratar de ser creativo en asuntos importantes". ¿A vosotros qué os parece?
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