Imagen: Brian Mayes (Flickr)
A pesar de que se arrastra torpemente por el fondo del mar, el ataque del pez sapo o ranisapo (Antennariidae) es tan rápido que apenas puede ser percibido por el ojo humano. Algunas fuentes aseguran que su ataque es el movimiento más rápido del reino animal, y lo cierto es que apenas tarda unas milésimas de segundo en engullir a sus víctimas, la mitad de lo que necesitan otras especies tan rápidas como el pez-escorpión o el pez-piedra. (Seguir leyendo)
Durante su ataque fulminante, la boca del ranisapo se dilata “hasta doce veces su tamaño normal y crea una especie de aspiradora que absorbe a sus presas”. Algunas fuentes, como la web frogfish.ch, aseguran que “puede incluso tragarse un pez en medio de un banco de peces sin que los demás noten su desaparición”:
Las otras armas del pez sapo, además de la rapidez, son su mimetismo y la utilización de señuelos. Algunos de los representantes de esta familia de peces han desarrollado una especie de caña de pescar sobre los ojos que agitan repetidamente hasta llamar la atención de la presa. Una vez situada frente a ellos, el ranisapo sólo tiene que encender el turbo y antes de parpadear la víctima habrá desaparecido de nuestra vista.
Las formas y colores tanto de los peces sapo como de los peces rana son de una variedad apabullante. Su forma de avanzar por los fondos marinos suele resultar muy llamativa, puesto que parecen estar andando sobre patas. El siguiente vídeo de un ranisapo peludo y amarillo 'caminando' con un compañero hará las delicias de los amantes de las rarezas:
Ver también: Cuando el pez chico se come al grande (Fogonazos)
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Durante su ataque fulminante, la boca del ranisapo se dilata “hasta doce veces su tamaño normal y crea una especie de aspiradora que absorbe a sus presas”. Algunas fuentes, como la web frogfish.ch, aseguran que “puede incluso tragarse un pez en medio de un banco de peces sin que los demás noten su desaparición”:
Las otras armas del pez sapo, además de la rapidez, son su mimetismo y la utilización de señuelos. Algunos de los representantes de esta familia de peces han desarrollado una especie de caña de pescar sobre los ojos que agitan repetidamente hasta llamar la atención de la presa. Una vez situada frente a ellos, el ranisapo sólo tiene que encender el turbo y antes de parpadear la víctima habrá desaparecido de nuestra vista.
Las formas y colores tanto de los peces sapo como de los peces rana son de una variedad apabullante. Su forma de avanzar por los fondos marinos suele resultar muy llamativa, puesto que parecen estar andando sobre patas. El siguiente vídeo de un ranisapo peludo y amarillo 'caminando' con un compañero hará las delicias de los amantes de las rarezas:
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