“Los dos temas que me despiertan fascinación son “¿Qué es la realidad?” y “¿Qué constituye el auténtico ser humano?”. Durante los veintisiete años que llevo publicando novelas y relatos he investigado estos dos temas interrelacionados una y otra vez. (…) Un día una estudiante universitaria en Canadá me pidió que le definiera la realidad, era para un artículo que escribía en su clase de filosofía. Ella quería una respuesta de una sola frase. Yo pensé al respecto y finalmente dije, “La realidad es lo que no se esfuma cuando dejas de creer en ello.” Esto fue todo lo que pude decir. Era 1972. Desde entonces no he sido capaz de definir la realidad de una manera más lúcida.
(…) Mi trabajo es crear universos, una novela tras otra. Y debo construirlos de tal manera que no se derrumben a los dos días. O al menos eso es lo que mis editores esperan. Sin embargo, les voy a revelar un secreto: A mí me gusta construir universos que se derrumban. Me gusta verlos deshacerse, y me gusta ver cómo los personajes en las novelas lidian con ese problema. Tengo un amor secreto por el caos.”
(…) Mi trabajo es crear universos, una novela tras otra. Y debo construirlos de tal manera que no se derrumben a los dos días. O al menos eso es lo que mis editores esperan. Sin embargo, les voy a revelar un secreto: A mí me gusta construir universos que se derrumban. Me gusta verlos deshacerse, y me gusta ver cómo los personajes en las novelas lidian con ese problema. Tengo un amor secreto por el caos.”
Estas palabras de Philip K. Dick pertenecen a un discurso que debía haber leído en la Universidad de Missouri pero que nunca llegó a pronunciar. Merece la pena echarle un ojo al texto, recuperado por Hermano Cerdo, en el que el autor confiesa algunas de sus visiones entre la lucidez y la locura. Imprescindible el episodio de la galletita de la fortuna y el Watergate.
Enlace: Cómo construir un universo que no se derrumbe en dos días (Hermano Cerdo) / Vía: Libro de Notas
Enlace: Cómo construir un universo que no se derrumbe en dos días (Hermano Cerdo) / Vía: Libro de Notas