Dentro de unos años, si las investigaciones de Bonnie Bassler salen adelante, tal vez haya que darle el premio Nobel y reconocerle el mérito de haber salvado millones de vidas gracias a una idea muy sencilla. Hace aproximadamente una década, cuando comenzó a hablar de que las bacterias se comunicaban entre sí, algunos compañeros todavía se burlaban de ella. Siete años después, esta bióloga de la universidad de Princeton podría tener la llave para dominar a estas pequeñas criaturas y paliar las enfermedades que provocan.
El descubrimiento de Bassler se remonta a 2002, cuando encontró una escurridiza molécula llamada AI-2, implicada en la comunicación entre algunas bacterias que afectaban al pescado. Lo que Bassler y otros científicos han descubierto en estos años, y lo que ella explica con una magistral sencillez en su Ted Talk de febrero, es que durante los millones de años que llevan habitando la Tierra, las bacterias han desarrollado la capacidad de comunicarse entre sí, ya sea con los miembros de su propia especie o con los de otras, mediante un sofisticado mecanismo químico denominado Quorum sensing. Este sistema, entre otras muchas cosas, les permite saber en todo momento cuántas son y elegir la hora de lanzar un ataque masivo con garantías de éxito.
“Lo que hacen, y ahora lo entendemos”, explica Bassler, “es que se introducen en tu cuerpo, empiezan a crecer, se cuentan entre ellas con estas pequeñas moléculas y reconocen cuando han alcanzado el número necesario para lanzar su violento ataque a la vez, en el momento en que saben que van a tener éxito y van a vencer al huésped, por grande que éste sea”.
Conocer las moléculas que las bacterias utilizan para comunicarse abre la puerta a la posibilidad de engañarlas y pedirles que lancen su ataque antes de tiempo, de forma que no lleguen a causar los estragos que provocan en forma de cólera, salmonelosis y otras enfermedades. Descifrar este “esperanto” bacteriano, como lo denomina Bassler, también puede darnos la clave de cómo comenzó la cooperación celular y los mecanismos que condujeron a formas de vida más complejas, como el cuerpo humano y los otros millones de bacterias que habitan en él y le ayudan a sobrevivir.
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* Sabéis que no suelo poner vídeos en inglés, pero esta charla merece la excepción.