Los prototipos que diseña la compañía Festo son tan fascinantes que resultan terroríficos. Su última creación, el robot pingüino, es un vehículo autónomo e inteligente, capaz de orientarse de forma independiente y de penetrar por espacios muy estrechos. El dispositivo cuenta con un sónar para evitar las colisiones y puede comunicarse con los otros robots-pingüino para llevar a cabo acciones conjuntas. Copiando la hidrodinámica de los pingüinos de verdad, los ingenieros han conseguido que estos robots puedan nadar a una velocidad de 5 km/h durante hasta 7 horas.
Yo no sé a vosotros, pero a mí esos ojitos azules brillando en la piscina me ponen un poco los pelos de punta. Llegará un día en que no distingamos los pingüinos reales de los biónicos.
Ver también: Cuando los robots aprenden a mentir / [Vía: Inmersion blog]