A principios de los años 90, mientras realizaban diferentes experimentos con macacos, el doctor Giacomo Rizzolatti y su equipo descubrieron un comportamiento inesperado en su sistema neurológico. Los monos estaban conectados a una serie de electrodos, de manera que los científicos podían comprobar qué región del cerebro se activaba cada vez que realizaban alguna acción. Así, si el macaco cogía un objeto o se movía, los sensores registraban un aumento de actividad en las regiones implicadas en dicho movimiento. (Seguir leyendo en la Guía para Perplejos)