Imagen: Vladimir Marcano (The Guardian)
Ni los más viejos del lugar recuerdan un período de oscuridad tan largo. Durante cientos de años, los pueblos situados alrededor del lago Maracaibo, en Venezuela, han observado noche tras noche los relámpagos sobre el río Catatumbo, un aparato eléctrico visible desde 400 kilómetros de distancia, capaz de generar una media de 50 descargas por minuto y que servía para orientar a las embarcaciones.
El fenómeno tenía lugar durante unos 160 días al año, pero una noche de finales de enero la tormenta cesó misteriosamente. Desde entonces no ha vuelto a verse un solo relámpago, el parón más prolongado de los últimos 104 años, según los meteorólogos.
"Siempre ha estado con nosotros", asegura Edin Hernández, un pescador de la zona, a The Guardian. "Nos servía para guiarnos de noche, como si fuera un faro. Lo echamos de menos".
Pero, ¿por qué se ha ido la tormenta? La respuesta está en la fuerte sequía que sufre Venezuela desde hace meses y en los cambios meteorológicos que ha introducido el fenómeno de "El Niño". La tormenta del Catatumbo depende de una serie de equilibrios que los científicos aún no tienen claros, pero entre ellos están las corrientes procedentes de los Andes y el metano que generan las ciénagas de la zona. Si las ciénagas y los ríos se secan, y el equilibrio de vientos cambia, la tormenta del Catatumbo se ve alterada.
De momento son cinco semanas de ausencia y algunos temen que el fenómeno nunca retorne. Habrá que esperar algún tiempo para conocer los verdaderos motivos de esta repentina ausencia.
Enlace: Drought extinguishes Venezuela's lightning phenomenon (The Guardian) / En español: "Desaparece" relámpago de Catatumbo (BBC)
En episodios anteriores... Catatumbo, la tormenta perpetua (Fogonazos)