Ese puntito negro que asciende hacia la cima del Pico Rainbow (Arcoiris), en Alaska, es un insensato llamado Reggie Crist, del equipo de First Ascent. Como un lepracaun en busca de su caldero de oro, Crist se encarama por una fina cuerda de la montaña hasta llegar a la cima. “El Rainbow intimida”, explica en el vídeo, “especialmente los últimos 100-150 metros de caída vertical”. “Cada pulgada cuenta”, prosigue, “realmente tienes que caminar literalmente por una fina línea allí arriba”. Una vez en la cima, dice, “sientes que estás en mitad del espacio”, aunque un minuto después se tira hacia un muro vertical de nieve virgen y desciende levantando nubes de polvo a su paso. Espectacular.