Ésta es la historia de un monstruo gigante y bastante desconocido. Los primeros ejemplares fueron localizados y clasificados por científicos rusos en los años 60 y 70, y desde entonces raramente han vuelto a ver la luz. En 1967, el científico ruso A. Skriabin y su equipo descubrieron uno de los ejemplares más grandes documentados hasta el momento, un gusano de 30 metros de largo y 5 centímetros de grosor que había colonizado las tripas de un cachalote y le había parasitado durante años.
El Polygonoporus giganticus es un gusano plano que habita en los intestinos de los cetáceos y puede alcanzar dimensiones descomunales de hasta 40 metros. En esta oscuridad vive, se alimenta y procrea hasta que consigue pasar sus huevos a otra criatura y se vuelve a repetir el ciclo.
Los céstodos, gusanos planos de la misma clase de la tenia que parasita a los humanos, no tienen boca ni aparato digestivo, sólo se acoplan al intestino del hospedador y absorben los nutrientes a través de la piel. En uno de los extremos tienen algo parecido a una cabeza, el escólex, que está provisto de ganchos y ventosas para fijarse a la pared intestinal, y un cuerpo aplanado que va creciendo por segmentos o anillos.
“Los Polygonoporus giganticus son parásitos específicos de los cachalotes (Physeter catodon) y viven en sus intestinos y conductos biliares”, me cuenta por correo electrónico Roman Kuchta, especialista en céstodos de la República Checa. “Han sido descritos desde la Antártida hasta el Pacífico Norte y probablemente son las criaturas más largas del mundo”.
Estas criaturas pertenecen al orden Diphyllobothriidea y presentan algunas características extraordinarias, como su capacidad para desarrollar múltiples órganos reproductivos en cada segmento. En el caso de la criatura atrapada por Skriabin en 1967, llegaba a tener hasta 14 gónadas en cada segmento, lo cual es todo un récord para este tipo de animales.
Además, pueden ser muy longevos y convivir con su hospedador durante décadas. “No conocemos cuánto vive el Polygonoporus, pero el Diphyllobothrium latum, qu parasita a los humanos, puede crecer muchísimo”, explica Kuchta. “En ejemplares de 25 metros se han llegado a documentar hasta 4.000 segmentos. Estos parásitos pueden vivir hasta 20 años o más: en humanos se ha registrado una infección infestación de más de 25 años”.
Así pues, estos gusanos que viven en el interior del cachalote seguramente son criaturas “ancianas”, que han vivido en su interior por períodos de hasta 30 años, y de los que aún sabemos muy poco. Lamentablemente, no hay constancia fotográfica de ellos (al menos a mí no han podido procurármela los expertos con los que he hablado) y este gusano sigue siendo un misterio.
La dificultad para estudiarlos, explica Kuchta, está en que la mayoría de los registros se hicieron por autores rusos hace muchos años y ahora es casi imposible conseguir más gusanos para actualizar los estudios, “porque sus hospedadores son las ballenas”. “Así que si conoces a alguien que pueda conseguirte una ballena”, bromea, “por favor ¡quédate con los gusanos!”.
Imagen 1: Lydekker, Royal Natural History (Fuente). Imágenes 2 y 3: Cabeza y aparato reproductor del Polygonoporus giganticus. Cortesía de Roman Kuchta. Agradecimientos a Santiago Merino, investigador del CSIC.
Documentación: Suppression of the tapeworm order Pseudophyllidea (R. Kuchta a, T. Scholz a, J. Brabec a, R.A. Bray) | Update on the Human Broad Tapeworm (Genus Diphyllobothrium) (Toma´sˇ Scholz,1* Hector H. Garcia, Roman Kuchta, and Barbara Wicht) | Parasitology and Pathology of Marine Organisms of the World Ocean (William J. Hargis, Jr.)
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