“Cuando estoy con Cristina pienso lo mismo que cualquier madre que le lleva flores a la tumba de su niña, sólo que con un poco más de esperanza”. Eulalia Castillejo conserva el cuerpo de su hija en una cuba con nitrógeno líquido de la empresa Alcor, en Phoenix (Arizona), desde hace 26 años. Las instalaciones de Alcor también albergan el cuerpo de su suegra, que falleció en 2002, lo que convierte a esta empresaria mallorquina en la única española que ha utilizado un servicio de “criopreservación” humana. “En la tumba sé que no voy a volver a verla”, asegura, “pero aquí sé que la Ciencia va a progresar y hay una esperanza”.
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