Esther puede ver las cosas que tiene delante de los ojos: distingue formas, colores, números y letras, pero su cerebro no es capaz de interpretarlos. Es uno de los ocho únicos casos de agnosia visual que se conocen en el mundo, un trastorno neurológico que le provocó una meningitis. Como dice su médica, "sus ojos hablan un idioma y su cerebro otro". Un caso fascinante del que me habría encantado escribir, pero que ya han cubierto estupendamente otros compañeros. Os recomiendo leer la pieza publicada hoy en El País y ver el vídeo que se emitió hace unos días en el Telediario.
Para saber más: “A mi novio solo lo reconozco por su perilla y por su voz” (El País)