"Para la prueba, los científicos hicieron pasar a los sujetos por una serie de aperturas de diversa anchura mientras les encargaban alguna tarea. A continuación, midieron el ángulo de inclinación de los hombros de los participantes a la hora de pasar por estas aperturas y descubrieron que los pacientes de anorexia se encogían inconscientemente al pasar por las puertas como si estuvieran mucho más gruesos de lo que estaban."
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