Trabajar durante el invierno en la Antártida es arriesgado y poco frecuente. Los científicos del Instituto Alfred Wegener han participado en una misión que tenía justamente como objetivo medir el grosor del hielo polar durante este período y analizar el papel que tienen las nevadas invernales. Para las mediciones, se introdujeron en pleno mes de agosto en las llanuras antárticas con el rompehielos Polarstern y trabajaron en la oscuridad, en medio de fuertes tormentas de nieve.
"Medimos el espesor de la nieve en muchas estaciones en las que el Polarstern se tuvo que anclar en témpanos de hielo", explican en su web. "Lo tuvimos que hacer en la oscuridad y a menudo en condiciones de tormenta y gracias a que el barco nos protegía del viento y nos proporcionaba luz".
La meta del programa CryoVex, dentro del CryoSat de la ESA, es analizar el cambio del hielo durante este periodo para predecir su evolución futura. A diferencia del Ártico, en este lugar son muy frecuentes las nevadas y estas capas de nieve pueden hundir el hielo entre 10 y 20 centímetros bajo la superficie del agua cada invierno, y todavía no se conoce la importancia de este mecanismo.
Las imágenes captadas por el fotógrafo Stefan Hendricks, como apuntan en Universe Today, parecen la exploración de otro planeta. Quizá, aseguran, vivamos una escena parecida en el futuro, cuando los astronautas aterricen en la luna Europa.
Más info y fotos: Swapping summer for winter for ESA’s CryoSat mission (AWI) | Vía: Universe Today.