Imagen: Asif Ghazanfar
La pregunta del título no es una metáfora para insinuar que ves mucho cine, sino que debes interpretarlo literalmente y cuestionarte si cuando ves una película tus ojos se mueven por la pantalla como los de un macaco. Parece una pregunta estúpida (bueno, lo es, lo admito) pero tiene un curioso experimento detrás que merece la pena que conozcáis.
Tal y como explica Virginia Hughes en Phenomena, los científicos ya se habían planteado alguna vez estudiar qué pasa con nuestra atención ante la pantalla de cine. Hace una década unos investigadores siguieron la actividad cerebral de varios sujetos mientras veían "El feo, el bueno y el malo" (¡gloriosa!) y lo que descubrieron fue que se producía una curiosa sincronización tanto de las ondas cerebrales como del movimiento de los ojos de los sujetos, algo que no se produce, por ejemplo, cuando lo que ven en la pantalla es un concierto.
En esta misma línea, el neurocientífico Asif Ghazanfar, de la Universidad de Princeton, se planteó hace un par de años ir un poco más allá y puso a un grupo de humanos y a otro de macacos a ver una serie de películas mientras seguía el movimiento de sus ojos. A los dos grupos les puso varios vídeos idénticos de tres minutos del documental "La vida de los mamíferos" de la BBC, de "El libro de la selva" de Disney y de la película de Chaplin "Luces de la ciudad". Este es el movimiento de ojos que registró (en la izquierda los humanos, en el centro los monos y a la derecha una máquina):
Para su sorpresa, la mirada de monos y humanos se solapó un 31% del tiempo, lo que indica que la atención de ambas especies se centra en puntos brillantes y focos concretos como las caras o los movimientos. Pero la gracia del estudio está en las diferencias que encontraron. Los humanos sí prestaron atención a los detalles relacionados con la acción y a los lugares a los que el sujeto de la escena estaba mirando. Si en el centro de la escena hay un mono que mira fijamente a la cámara, los humanos estamos pendientes de lo que va a hacer, mientras que los macacos se centran en los monos que saltan en segundo plano, saliendo incluso fuera de cuadro.
“Los monos reaccionan momento a momento", escribían los investigadores, "en lugar de construir y probar una explicación narrativa de la escena que tienen delante". En otras palabras, y como resume Virginia Hughes, puede que los humanos tengamos un sentido de la narración del que los monos carecen y que de ahí procedan nuestras capacidades para imaginar, hablar, viajar en el tiempo y hacer música. Y, por supuesto, para que nos encanten las películas.
Lectura recomendada: How Monkeys Watch Movies and People Tell Stories (Phenomena)
Referencia: Human–Monkey Gaze Correlations Reveal Convergent and Divergent Patterns of Movie Viewing (Current Biology)