El atleta paralímpico Jeff Hardy en Atlanta 2008 (Wikimedia Commons)
En el año 2008, cuando le quedaba un largo para terminar la final de 200 metros libres, la nadadora eslovena Sara Isakovic calculó mal su último volteo y cuando fue a empujarse con la pared de la piscina se dio cuenta de que se había quedado demasiado lejos. "Recuerdo que pensé: ¡esto no está pasando! ¿Por qué ahora?", asegura. Sin embargo, en apenas unos segundos, logró recomponerse y realizar un último y brutal esfuerzo para ganar la medalla de plata en las Olimpiadas de Pekín, la primera de su país en natación en unos Juegos Olímpicos.
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