Aunque han pasado ya muchos años desde la famosa consigna de "Duck and cover" (Agacharse y cubrirse) de la Guerra Fría, se siguen publicando estudios para conocer la mejor estrategia para ponerse a salvo tras un ataque nuclear. El último trabajo, publicado en Proceedings of the Royal Society A hace unos días, pone el acento sobre una cuestión clave: si sobrevives a la zona catastrófica de impacto, ¿qué debes hacer en los primeros minutos y dónde es mejor buscar refugio?
De producirse un ataque nuclear hoy día, el gobierno de EEUU calcula que sería de menor potencia que lo que se barajaba en los años 60. Con una bomba de 10 kilotones, aseguran en su último informe, la mayoría de las personas que se encontraran a dos kilómetros de la zona cero sobrevivirían al primer impacto. Una vez pasado este momento, existe un intervalo de tiempo clave para cambiar de lugar y buscar protección, pues las partículas radiactivas suspendidas en el aire por la explosión tardarán entre 15 y 30 minutos en caer de nuevo sobre la zona.
En el estudio publicado por Michael B. Dillon se realizan los cálculos para saber dónde es más seguro permanecer. Si observas el gráfico que abre este artículo verás que las zonas más seguras son aquellas que están más bajas, especialmente si estás bajo tierra. El consejo general es: si tras la explosión te encuentras en una zona de baja protección (una cabaña de madera o un piso alto), lo mejor es que salgas de allí inmediatamente y en un plazo de menos de 30 minutos encuentres una zona más segura. Aunque durante ese tiempo estarás expuesto a la radiación, las consecuencias serán menos graves que permanecer en un lugar poco protegido. Como resume Erika Engelhaupt en Science news, una vez en un lugar mínimamente protegido, lo aconsejable es esperar un par de horas antes de evacuar la zona. Si estás en un buen refugio subterráneo, lo mejor es esperar 24 horas o más hasta salir a la superficie.
Referencia: Determining optimal fallout shelter times following a nuclear detonation (Proceedings of the Royal Society A) | Vía: Science news