Imagen: Monroe County Public Library
Los datos sobre la evolución de un ecosistema marino no siempre hay que buscarlos bajo el mar. La bióloga estadounidense Lauren McClenachan tuvo una idea para comprobar la evolución histórica de los peces de gran tamaño en Cayo Hueso (Florida) y en lugar de acudir a los peces vivos, acudió al registro de fotografías. La imagen de la cabecera está tomada en 1958 y, como apunta Robert Krulwich en Radiolab, algunas de las capturas son más grandes que las personas de la foto. Si embargo, solo unos años después, entre 1965 y 1979, se empiezan a apreciar las diferencias:
Imagen: Monroe County Public Library
Analizando las imágenes tomadas por los propios pescadores de sus trofeos de pesca entre 1956 y 2007, McClenachan comprobó que la media de peso de los peces capturados se ha dividido por diez en los últimos 50 años. En este tiempo, los trofeos de pesca - aquellos peces que los pescadores exhiben orgullosos y con los que se fotografían en el mismo punto año tras año - habían pasado de ser ejemplares de unos 20 kilos a peces de poco más de 2 kg. Como apunta en su estudio, publicado en 2008:
"Las capturas entre 1956 y 1960 estuvieron dominadas por meros grandes (Epinephelus spp.) y otros peces como tiburones con una longitud promedio de poco menos de 2 m. En contraste, las capturas en 2007 estuvieron compuestas de pargos pequeños (Lutjanus spp. y Ocyurus chrysurus) con una longitud promedio de 34.4 cm, y la longitud promedio de los tiburones bajó más de 50% en 50 años. La gran declinación en el tamaño de los peces capturados no se reflejó en los precios de los viajes de pesca, así que los clientes pagaron la misma cantidad por un producto menos valioso".Esta fotografía, tomada en 2007, da una idea del cambio.
Imagen: Monroe County Public Library
Descubrí esta historia leyendo Radiolab, y luego comprobé que ya se había escrito mucho sobre ella (de hecho me suena haberla leído en su día, qué cabeza la mía). Hablando de amnesia, si hay alguien tan despistado como yo, le recomiendo leer este artículo que mi buen amigo Pere Estupinyà escribió para la revista Etiqueta Negra en 2012, en el que da otros detalles interesantes como estos:
Las sonrisas de los pescadores en las fotos que revisó McClenachan evidencian algo más: sin importar la década a la que pertenecen, todos los turistas están orgullosos con su pesca. Es el logro del día. El ser humano se contenta con lo que ahora le ofrece el mar porque ignora lo que había antes. A esto se llama diminishing baseline, es decir, que cada generación se contenta con menos en el mar, porque no saben lo que se ha perdido. Es como una amnesia colectiva sobre cómo debería ser la naturaleza.Referencia: Documenting Loss of Large Trophy Fish from the Florida Keys with Historical Photographs (Conservation Biology) | Más info: Big Fish Stories Getting Littler (Radiolab) y Los peces gordos se encogieron (Etiqueta Negra).