Imagen: Stefan Avalos
Sobre la calidad del sonido Stradivarius se ha publicado casi de todo. Que los violines fueron construidos con madera de barcos hundidos, que la pequeña edad de hielo vivida en Europa pudo cambiar la calidad de la madera o que el viejo lutier trató los instrumentos con una solución secreta de sales metálicas. Algunos científicos han analizado las propiedades de la madera y del barniz en busca de la superioridad de estos violines, pero solo ahora se ha puesto en cuestión la premisa fundamental: ¿realmente son tan superiores?
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