Imagen: Ding Yuin Shan (Flickr, CC)
Cuando uno habla de misterios de la ciencia tiende a pensar en asuntos sesudos, como la inflación cósmica del universo o los detalles de la conciencia en el cerebro. Pero, ¿y si te dijera que una de las mayores incógnitas sobre nuestra naturaleza es el origen de los bostezos? En general se cree que es una forma que tiene nuestro cerebro de conseguir una dosis de oxígeno extra y coger fuerzas, pero se desconoce el motivo último y mucho menos por qué se contagian. Un equipo de investigadores acaba de publicar en PLOS ONE un estudio en el que demuestran que aquellas personas que se contagian una vez de un bostezo tienden a ser bostezadores sucesivos, mientras que otros tienen esa capacidad menos desarrollada.
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