La última vez que se disputó un Mundial de fútbol, el de 2010 en Sudáfrica, el balón se convirtió en el protagonista involuntario del torneo y algunos futbolistas llegaron a decir que era como una "pelota de playa". El modelo "Jabulani", decían, resultaba difícil de atrapar por los porteros e imprevisible para los jugadores, que veían cómo la pelota les hacía extraños quiebros cuando le daban demasiada fuerza. El Mundial de fútbol de Brasil, que comenzará en unas semanas, tiene su propio modelo de balón y ya ha sido analizado por los científicos. Se llama "Brazuca" y, según el análisis publicado por Sungchan Hong en Scientific Reports, corrige algunos de los errores de Jabulani y ofrece algunas ventajas.
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