Las paredes de la sala están salpicadas de esqueletos de serpiente, cangrejos gigantes y caparazones de tortuga. También hay fósiles, un pangolín disecado y corales traídos de ultramar. "Y aquí hay un cajón lleno de huevos", señala Javier Sánchez Almazán, conservador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) en el que nos recibe. El lugar reproduce el aspecto que pudo tener en su día el Real Gabinete de Historia Natural fundado por Carlos III en 1776 y alberga algunas de las piezas que pertenecieron a su colección, recopiladas en un tiempo en que el mundo estaba por descubrir.
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