El Departamento de Defensa de EEUU está invirtiendo grandes cantidades de dinero en investigación en neurociencia. Además del proyecto para desarrollar un neuroimplante que permita recuperar la memoria de los militares afectados por traumatismos, el Gobierno ha encargado recientemente el desarrollo de una tecnología que permita distinguir a un soldado leal de un enemigo infiltrado. El sistema está pensado para disminuir el número de ataques que se producen desde dentro, un problema que ha afectado a los estadounidenses especialmente en Afganistán, donde en la última década han muerto 60 soldados por ataques internos.
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