El señor B se levantó una mañana con dolor de cabeza y al encender la ducha sintió que el tiempo se había detenido. No es el principio de un relato al estilo kafkiano sino la experiencia real de un paciente recogida hace unos días por la revista Neurocase. "Miré hacia arriba y era como si las gotas de agua se hubieran detenido en mitad del aire durante unos segundos", relata en BBC Future. El efecto, recuerda, se parecía un poco a las famosas escenas ralentizadas de la película Matrix, donde el tiempo se detiene a la vista del espectador. "Era como una película a cámara lenta".
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