El pasado 8 de enero, un Boeing 777-200 de la British Airways batió un récord de velocidad al cubrir el vuelo de Nueva York a Londres en apenas 5 horas y 16 minutos, cuando lo habitual es tardar entre 6 y 8 horas. La velocidad de casi 1.200 km/h no se alcanzó por ninguna nueva tecnología supersónica, sino por la ayuda del viento y en concreto de la corriente de chorro (jet stream) que viaja entre los dos continentes sobre el Atlántico norte y que "empujó" al avión con vientos de más 300 km/h.
El resultado fue que los pasajeros llegaron hora y media antes a su destino, algo realmente inusual, a pesar de que los pilotos suelen aprovechar estas corrientes para viajar. "Es como hacer surf", dice un antiguo piloto de British en el Telegraph. "Es extraordinario lo rápido que puedes ir".
Más info: Jet stream blasts BA plane across Atlantic in record time (Telegraph) y Jet Streams, los ríos del cielo (Fogonazos)