Sobre la percepción de nuestro propio cuerpo ya hemos escrito alguna vez en Neurolab, en espacial sobre las sutiles formas de engañar a nuestro cerebro y hacerle creer que una mano de plástico es nuestra mano real. La interacción mente-cuerpo es tan potente que el cerebro es capaz de generar imágenes ficticias (como la de tu propia mano en la oscuridad) y no notar la diferencia con la percepción real. Para explorar en este terreno, un grupo de artistas acaba de diseñar un dispositivo que permite engañar de nuevo al cerebro y hacerle creer que tu mano se ha convertido en un extraño instrumento que se estira y encoge o que tiene más dedos de los que tú crees.
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La ilusión de la mano deforme
07 enero 2015
Escrito por Aberrón a las 11:02 | 0 comentarios »