El barco oceanográfico Lance se encuentra al norte del paralelo 83, atrapado en el hielo ártico y a la deriva. Con la particularidad de que el equipo de científicos noruegos que lo tripula está buscando exactamente eso, quedarse atrapados durante los seis meses de invierno para estudiar mejor lo que sucede en este periodo con el deshielo.
La imagen sobre estas líneas, que parece sacada de una película de ciencia ficción, fue tomada desde un helicóptero por Nick Cobing, el fotógrafo que acompaña a Andy Isaacson en la cobertura de esta expedición para National Geographic. Los periodistas llegaron al lugar volando desde Longyearbyen, la localidad más al norte del planeta y van a continuar con el equipo mientras dure la aventura. La expedición, subvencionada por el Instituto Polar Noruego (NPI) recuerda a otra de las grandes hazañas de exploración polar, la que protagonizó el también noruego Nansen en 1893 cuando atascó el Fram en el hielo para intentar alcanzar el Polo Norte gracias a la deriva de las placas heladas.
A diferencia de aquella ocasión, el objetivo del Lance es puramente científico y se han desplegado decenas de instrumentos para medir el aire, los cambios de la placa de hielo y lo que sucede en el océano en los meses en que nadie lo mira y la oscuridad invernal lo hace casi inaccesible. Los primeros problemas han aparecido pronto y los fuertes vientos han desviado el buque demasiado hacia el sur, por lo que un rompehielos deberá ayudarles en los próximos días a volver a quedarse atascados más al norte.
"Es el Ártico el que controla nuestra expedición y el Ártico es impredecible", dice la oceanógrafa Amelie Meyer, a bordo del buque. "Se nos van a romper los instrumentos, no vamos a estar donde pensamos y no sabemos lo que el tiempo nos traerá. Esto es realmente ciencia extrema".
Para conocer este y más detalles, y seguir la expedición en los próximos meses, accede a la historia original en National Geographic: 'This Is Really Extreme Science': Adrift in the Arctic Ice With a Shipload of Norwegians". Lo descubrí gracias a @MiguelMorenatti