Cuando Jens Ormö se encarama a lo alto del andamio y prepara el cañón para el disparo recuerda a la imagen tópica de un científico "jugando a ser Dios". La sala, de unos 100 metros cuadrados, contiene una plataforma en forma de embudo de 7 metros de altura y 3 metros de diámetro con un gran tanque con arena especial. Tras colocar las cámaras y focos, Jens se sitúa detrás de una cristalera antibalas y acciona el dispositivo. Un instante después, el proyectil sale despedido del cañón a unos 1.800 km/h e impacta sobre la arena formando un cráter de varios centímetros de diámetro, similar al que provoca un meteorito al caer sobre la Tierra u otro cuerpo celeste.
"Es como disparar la magnum de Harry el sucio", bromea mientras nos enseña las grabaciones con cámaras de alta velocidad que le permiten analizar con todo detalle cómo ha sido el impacto y qué fenómenos físicos se desatan. Estamos en el Laboratorio de Cráteres de Impacto Experimentales en el Centro de Astrobiología (CAB/INTA) adscrito a la NASA, en Torrejón de Ardoz. Durante los últimos diez años, Ormö y su equipo han realizado pruebas con este cañón de aire comprimido de 20,5 mm y han desentrañado algunas de las incógnitas sobre la formación de cráteres en Marte, la Luna o la Tierra.
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El hombre que dispara meteoritos
08 junio 2015
Escrito por Aberrón a las 13:59 | 2 comentarios »