George Aldrich lleva más de 40 años trabajando para la NASA en el laboratorio de White Sands (Nuevo México). Su trabajo consiste en oler los objetos que viajarán al espacio y proteger a los astronautas de sustancias que podrían convertir su estancia en órbita en un infierno. En la estación espacial no se pueden abrir las ventanas, recuerda, así que no hay manera de escapar de un mal olor. El control es muy estricto y Aldrich pasa su nariz incluso por las pertenencias de los astronautas. Había leído sobre él, pero hasta que no le he visto en este vídeo olisqueando cosas, no me lo acaba de creer.
Vía: Sploid vía @irreductible