Las palabras de David Reitze el pasado jueves ("We have detected gravitational waves. We did it!") dejaron al mundo conmocionado durante días. Después de cien años, los científicos detectaban por primera vez de forma directa una perturbación del espacio-tiempo y abrían el camino a una nueva forma de observar el universo. Mientras esto sucedía, una pequeña nave espacial de forma hexagonal se movía a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra con un objetivo complementario e igual de espectacular: abrir el camino para la detección de las ondas gravitacionales desde el espacio.
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El siguiente desafío después de LIGO
17 febrero 2016
Escrito por Aberrón a las 17:38 | 0 comentarios »