Uno de los principales problemas de las bioimpresoras presentadas hasta ahora es que generan tejidos demasiado frágiles para que sean viables para su implantación. Debido a que carecen de vasos sanguíneos, su tamaño también está limitado, pues no es posible hacer llegar los nutrientes y el oxígeno a todas las células vivas que componen el tejido. En un trabajo presentado este lunes en Nature Biotechnology, el equipo de Anthony Atala presenta algunas estrategias para contrarrestar estos problemas. Su prototipo mejora la estabilidad del tejido añadiendo una serie de polímeros biodegradables que le dan fuerza mecánica hasta que las células maduren. Para afrontar el problema del tamaño, los investigadores han añadido microcanales que permiten la llegada de oxígeno y nutrientes a cualquier lugar de la estructura.
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Una nueva vía para imprimir huesos y cartílagos
15 febrero 2016
Escrito por Aberrón a las 20:15 | 0 comentarios »