Leyendo el libro "En un metro de bosque", de David George Haskell (recomendadísima lectura, por cierto) me entero de que el extraordinario olfato del buitre americano cabecirrojo (Cathartes aura) le lleva a veces a confusiones y situaciones frustrantes. Estos animales tienen unos sensores químicos tan sofisticados que son capaces de detectar unas pocas moléculas procedentes de un animal muerto a muchos kilómetros de distancia, pero no las que emiten los cadáveres cuando ya están en avanzado estado de composición, sino las que emiten en las primeras horas tras la muerte. Por este motivo se les ve volar a veces volar en círculo sobre mataderos y sobre gasoductos en los que se ha producido un escape, de modo que se convierten en una especie de chivato involuntario para los ingenieros que buscan dónde está el problema de la tubería.
Para mi sorpresa, buscando algo más de información, resulta que esta colaboración de los buitres como detectores de gas no es accidental, como asegura Haskell, sino buscada. De todos es sabido que a este y otros gases inodoros se les ha añadido alguna sustancia que alertan de su presencia en caso de escapes, para intentar evitar las muertes por asfixia o las deflagraciones por acumulación. Lo curioso es que en el caso del etanotiol (CH3CH2SH) - la sustancia que se añade al gas natural que viaja por las tuberías kilométricas - se introdujo de forma consciente teniendo en cuenta la posibilidad de que los buitres lo detectaran y ayudaran a marcar los puntos de escape.
En un artículo publicado en 1964 bajo el título "El papel del olfato en la localización de alimentos en el buitre americano" (ver PDF), Kenneth E. Stager asegura que la decisión de introducir las moléculas de etanotiol fue el resultado de varias conversaciones con los ingenieros de la Union Oil Company de California y que se realizaron varias pruebas para ver si los buitres servían de indicadores.
Según explica Geoff Manaugh en BLDGBLOG, un ingeniero de Txas les sugirió que "una manera efectiva de localizar las fugas en la línea en zonas abruptas era introducir grandes concentraciones de etanotiol en la tubería y patrullar después la ruta en busca de concentraciones de buitres volando en círculo o posados junto a distintos puntos del conducto....". Después de hacer la prueba, los técnicos comprobaron que "en muchos puntos de la línea se vieron grupos de buitres cabecirrojos volando en círculos o posados" y que "en aquellos lugares el olor del etanotiol era muy pronunciado". Cuando examinaron las conducciones, observaron que, efectivamente, donde los buitres habían fijado su atención había fugas de gas.
Más info: Avian Infrastructure (BLDGBLOG)
Las petroleras usan buitres como detectores de gas
28 abril 2016
Escrito por Aberrón a las 12:31 | 1 comentarios »