El lugar se conoce como la fisura de Silfra y está en el Parque Nacional de Thingvellir, en Islandia. Los buceadores que se sumergen en estas aguas heladas y cristalinas tienen el privilegio de bucear literalmente entre dos continentes, puesto que esta grieta separa las placas Americana y Euroasiática.
Buceadores vistos desde la superficie. Diego Delso (Wikimedia Commons)
Las dos placas se están separando a un ritmo de 2 centímetros por año y han abierto este espacio que se suele incluir entre los lugares más especiales del mundo para practicar buceo. Las aguas se filtran al cañón a través de los poros de la roca volcánica y son tan cristalinas que la visibilidad es de hasta 100 metros. En este vídeo, que descubro vía Rubén Duro en Facebook, se aprecia muy bien la belleza del lugar.