Deb Roy es investigador en el Media Lab del MIT, donde estudia el comportamiento de las redes y el lenguaje humano mediante diferentes herramientas de análisis de datos. Uno de los fenómenos que más le interesaban como científico era el proceso de adquisición del lenguaje en los primeros años de vida, así que convirtió su propia casa en el escenario de un gran experimento y a su propio hijo en el sujeto experimental.
Durante tres años, y dentro del proyecto Human Speechome Project (Proyecto del Lenguaje Humano en Casa, un juego de palabras con el proyecto Genoma Humano), Roy mantuvo su casa permanentemente vigilada por cámaras y micrófonos cuyos datos utilizó para trazar “un mapa de cómo el ambiente moldea el desarrollo humano y el aprendizaje”. Os ahorro el rollo porque lo explica estupendamente en esta charla TED en la que cuenta cómo entre las 90.000 horas de grabación de lo que ocurría en su casa hay varios momentos mágicos, entre ellos el proceso por el que su hijo aprendió a decir la palabra “agua” (water en inglés). Impresionante, de verdad:
Vía @xurxomar