A finales de enero Tonya Illman paseaba con una amiga por una solitaria playa del oeste de Australia cuando vio un objeto que sobresalía entre la arena. “Parecía una bonita botella, así que la cogí pensando que quedaría bien en mi estantería”, recuerda. Pero al quitarle la arena se dio cuenta de que había algo en su interior, una especie de nota enrollada. “La nota estaba húmeda, firmemente enrollada y sujeta con una cuerda”, explica. “La llevamos a casa y la secamos, y cuando la abrimos descubrimos que estaba impresa, en alemán, con algunas marcas muy difuminadas escritas a mano”.
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Un experimento oceanográfico de 132 años
08 marzo 2018
Escrito por Aberrón a las 17:14 | 0 comentarios »