“Somos una legión de monos adiestrando a una inteligencia artificial”. Alberto es uno de los muchos revisores que trabajan, de manera directa o indirecta, para la red social Facebook supervisando los textos, fotos y vídeos que suben sus más de 2.000 millones de usuarios en todo el mundo. En su caso trabaja para una subcontrata durante cuatro horas al día desde su propia casa, en algún lugar de Europa que no podemos revelar. “Tengo entre 30 segundos y 1 minuto para analizar cada estado, darle a aprobar o reportarlo y pasar al siguiente”, explica a Next. “Cada día puedo ver entre 300 y 400 estados”. Y entre todo lo que pasa por delante de sus ojos con frecuencia hay contenidos que ninguno de nosotros querría ver. “Tengo la obligación de ver todo lo que me sale”, asegura. “Y ha habido semanas que he estado a punto de dejarlo porque han sido terribles. Desmembramientos, decapitaciones, barrigas abiertas… Brutal”.
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