En las imágenes vemos el crecimiento de una planta de la judía hacia arriba y en busca de un soporte al que aferrarse. En la secuencia, que muestra en pocos segundos un proceso de varios días, la planta parece tener clarísimo hacia dónde se tiene que dirigir. “Esta planta sabe exactamente dónde está el soporte e intenta hacer todo lo posible para alcanzarlo”, explica el científico
Stefano Mancuso, que es el autor del experimento. “Casi puedes sentir el esfuerzo”. A continuación pone otra grabación en la que vemos el crecimiento de dos plantas que parecen “competir” por aferrarse a un poste central. “Cuando hay una ganadora, la otra cambia de dirección”, dice Mancuso. “La segunda planta no solo es consciente del soporte, sino de que hay otro organismo”.
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