Una vez cada dos o tres semanas, el biólogo de la Universidad de Sevilla Luis M. Escudero se prepara una taza de café, abre el ordenador y teclea las palabras “scutoids” y “escutoides” en el buscador para conocer en qué nuevos y desconocidos territorios se está aplicando su descubrimiento. La aplicación más reciente es un gel con forma de escutoides incorporado en las suelas de una conocida marca de zapatillas deportivas “para una amortiguación más eficiente”. Antes se habían diseñado ladrillos, esculturas, vajillas, joyas, lámparas y hasta proyectos arquitectónicos inspirados en esta nueva figura geométrica. Una de aquellas mañanas a Escudero casi se le cae el café sobre el teclado al descubrir que una campeona del mundo de “pole dance”, la bailarina Natasha Wang (@polecricket), había bautizado como “escutoide” uno de sus movimientos acrobáticos en la barra de baile. “Si buscas ‘pole dance + scutoids’ en Instagram te salen miles de mujeres que están haciendo el movimiento “escutoide” por todo el mundo”, asegura Escudero. “Es una locura”.
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